domingo, 14 de junio de 2020

Un espejo difuso: 'La forma del agua' de Guillermo del Toro



Elisa, una intendente muda en un laboratorio del gobierno estadounidense durante los años sesenta, queda fascinada ante la llegada de una criatura anfibia antropomorfa cautiva. Tras establecer un vínculo, a medida que se genera un romance, Elisa planea liberarla.

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La forma del agua es una película dirigida por Guillermo del Toro, estrenada en 2017, nominada a trece Premios de la Academia, y que dio de qué hablar.
Del Toro ha sido una figura prominente dentro de la ficción durante más de dos décadas. Desde el estreno de Cronos a principios de los noventa, no tardó en volverse elemento clave dentro del cine de fantasía norteamericano mainstream gracias a películas como Blade II, los dos live-actions para Hellboy, y por su papel tras las adaptaciones fílmicas para El hobbit de J. R. R. Tolkien.

El sueño de la razón
Al dirigir uno de los mejores openings para Los Simpsons, del Toro mostró a los Universal Monsters en el vasto panteón que alimenta su imaginario.
Los patrones en la filmografía de del Toro consolidan su estilo. El Hombre Anfibio en La forma del agua recuerda la visión que el director tuvo al llevar a Abe Sapiens al celuloide como parte de la adaptación para la obra cumbre de Mike Mignola.

La bella y la bestia
Tributo a monstruos oriundos del imaginario japonés de la última era, gozando éxito comercial y de crítica, Pacific Rim está a la espera de su secuela. Con jaegers enfrentando kaijus que emergen de una brecha interdimensional en el océano Pacífico, el choque cataclísmico entre humanos y monstruos se consolida como paradigma predilecto  para el director jalisciense.
La exploración hacia el vínculo humano-monstruo se da tan temprano en el haber fílmico de del Toro como en 1997, con Mimic, en la cual criaturas insectoides caminan como nosotros e intentan mezclarse. Durante batallas explosivas de esta naturaleza, ambas partes se reflejan mutuamente.
Aun cuando en la ficción las brechas entre realidad y fantasía son comunes –e incluso pueden generar encuentros amenos–, si una historia de del Toro no detona a raíz de una colisión entre ambos mundos, la fantasía es el último recurso para sobrevivir ante momentos atroces en la historia humana.

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Podría considerarse La forma del agua la mejor obra de del Toro desde El laberinto del fauno, y es fácil apreciarlas paralelamente. Ambas están protagonizadas por mujeres en ambientes hostiles, opresivos y peligrosos (Baltimore durante la Guerra Fría, por un lado; España de la Posguerra, por el otro).
En El laberinto del fauno la fantasía es un hallazgo, y el nexo entre mundos no es producto de una colisión. En La forma del agua el Hombre Anfibio era tenido por un dios antes de ser capturado por agentes del gobierno estadounidense. El encuentro con la fantasía no es ameno: se da entre la maravilla y el conflicto.
En ambas cintas la muerte no es funesta, sino un paso hacia lo que sigue.

Loose lips sink ships
En cierto momento la imagen del Hombre Anfibio trae a la mente a un gorila cuidando un gatito, resaltando la capacidad empática (comunicativa, incluso) inter especies.  
En La forma del agua, a través de un diálogo alternativo, un humano y un ser desconocido olvidan las diferencias catalogadas como ‘monstruosidades’. La mudez que margina a Elisa ante el resto del mundo se convierte en vía comunicacional hasta entonces intransitada. Esta conexión íntima genera una perspectiva distinta hacia la realidad, posibilitando un entendimiento tachado por la ciencia como ‘imposible’.
El coronel Richard Strickland atenta contra todo intento de comunicación. Incluso pueden contarse con los dedos de una mano las veces en que dirigió la palabra a los miembros de su familia.
Mientras la relación sexual entre Elisa y el Hombre Anfibio es fruto del entendimiento, el lazo afectivo fomenta la comunicación. Strickland mantiene en silencio a su esposa durante el coito.
La música maravilla al Hombre Anfibio, y se convierte en otra vía para intimar. Elisa es incapaz de externar el afecto que siente por la criatura, y la imaginación propicia un escape. El lenguaje de señas se convierte en danza externando emociones a través del discurso corporal y una canción.  

Semilla informe
La forma del agua cierra un ciclo de más de setentaicinco años.
Durante la filmación de El ciudadano Kane Gabriel Figueroa contó al productor William Alland la leyenda sobre seres mitad humano mitad pez en el Amazonas. Trece años después se estrenó El monstruo de la laguna negra, volviéndose ícono para el cine de terror gracias a innovadoras peleas submarinas, el fabuloso diseño para el Hombre-Branquia a cargo de Millicent Patrick, y una historia trepidante.
La reinterpretación vincula La forma del agua con El monstruo de la laguna negra. Una criatura antropomorfa anfibia en el Amazonas se enamora. En medio de científicos, el deseo humano por controlar da paso al de destruir lo que considera monstruoso, y la supervivencia se vuelve el premio para la lucha ente especies. Con el romance exitoso entre el Hombre-Branquia y una humana, la propuesta de del Toro rompe el molde de su predecesora. La semilla plantada por un mexicano durante los años cuarenta finalmente adquirió la forma del agua.

This is America
La Guerra Fría como telón de fondo para La forma del agua refleja Estados Unidos durante la era trumpista. La sociedad que cimenta el proyecto de la familia americana durante la posguerra hace eco hasta la carga xenófoba, racista y de hermetismo nacional inherente al Make America Great Again. En ambos casos, los partidarios lo venden como el estilo de vida ideal, ignorando la muerte espiritual y moral que conlleva.

Anfibios
Los héroes en La forma del agua son marginados dentro de su contexto.
Otrora dios del Amazonas, arrebatan la divinidad al Hombre Anfibio, convirtiéndolo en el monstruo aparente, ajeno a los humanos que lo someten. Elisa es muda. Zelda es negra. Giles (‘gill’ se traduce al español como ‘branquia’) es un anciano homosexual forzado a reprimirse mientras su arte sucumbe ante la propaganda masiva. Dimitri (Démeter es la deidad griega encargada del ciclo entre vida y muerte, así como de separar al hombre del resto de animales salvajes) es un espía ruso infiltrado en instalaciones estadounidenses. Todos ellos, obstáculos durante la creación de lo que para unos cuantos es una sociedad idílica.

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Strickland anhela el estilo de vida estadounidense, se sabe hecho a semejanza de Dios, su adversario es una deidad oriunda de otras tierras, y alude constantemente a la historia de Sansón y Dalila. Elisa fue una huérfana hallada en una cesta cerca del agua y dio pie a la liberación del oprimido. El cine Orfeo proyecta La historia de Ruth. 

The shape of You
Los galardones internacionales para La forma del agua potencian la transmisión de un mensaje: el amor es resultado de relaciones que corren el riesgo de resultar inapropiadas para gran parte de la sociedad.
Durante los últimos años han surgido fuertes críticas hacia la libertad sexual. Cuando la sociedad cuartea la libertad para generar relaciones, deben defenderse los ideales en vez de adoptar estigmas marginales. Olvidar la propaganda moral de cualquier índole significa forjar criterio, opinión y voluntad sin inhibiciones: un amor sin forma.